Estas operaciones se realizan de dos formas: al contado, lo que significa que en el momento de la transacción se entregan el dinero, y las acciones a plazo, que se caracteriza porque se da un acuerdo en el que las partes aplazan la contraprestación.
En este tipo de operaciones no se establecen límites para el precio de compra-venta de las acciones, por lo que el precio que se establezca en ese momento en el mercado será el que apure la operación.
Las operaciones que se realizan estimando de forma rápida el precio y la transacción puede que traiga sorpresas desagradables, para una parte importantes ganancias y para la otra considerables pérdidas, ya que se puede llegar a vender por debajo del precio al que se disparará o comprar durante un alza que se derrumba por motivos especulativos.
La recomendación antes de acudir a un agente de bolsa es documentarse y conocer al menos los tipos de riesgo a los que nos podemos ver sometidos. Recordemos las sorpresas que hace poco han dejado a más de uno en la banca rota.
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